María Lamarche se despidió del Concejo Deliberante con un mensaje centrado en el valor de los vínculos y el trabajo colectivo.

En la sesión de este martes, la concejala María Lamarche brindó un extenso y emotivo discurso de despedida al finalizar su mandato. Agradeció a la comunidad, a su espacio político y a sus compañeros de labor legislativa, haciendo especial hincapié en la importancia del trabajo colectivo, la templanza y la empatía en momentos sociales complejos.

Lamarche comenzó su intervención agradeciendo a la ciudadanía, a quien definió como “la que nos da la posibilidad de ocupar una banca”. Destacó también el acompañamiento de su partido y de todos los equipos con los que le tocó trabajar a lo largo de distintos períodos políticos.

Una parte central de su mensaje estuvo dirigida a sus compañeros y compañeras del Concejo y de su bloque. Subrayó que, pese a las discusiones inevitables de la tarea legislativa, siempre primó el respeto y el vínculo humano:

“Hemos logrado debatir y tener diferencias sin que eso rompa la relación. Eso, para mí, ha sido fundamental”.

Lamarche resaltó que la política es un espacio profundamente colectivo, donde nadie alcanza los objetivos en soledad:

“En política, cuando se llega, se llega como conjunto. Todos los roles son importantes, incluso aquellos que no están en la exposición pública”.

Durante su mensaje también dedicó palabras de reconocimiento al equipo de prensa, al personal del Concejo y a quienes asisten cada sesión, al remarcar la importancia de la publicidad y transparencia en la labor legislativa.

Asimismo, reivindicó el trabajo que se desarrolla en las comisiones, donde —según expresó— se dan los debates más profundos y se analizan “los proyectos en crudo”, permitiendo mejorar y enriquecer cada iniciativa antes de llegar al recinto.

En su despedida, Lamarche evaluó con satisfacción su paso legislativo, señalando que se retira “sin cargas pendientes”, habiendo expresado siempre lo que consideró necesario para mejorar los debates y representar a los vecinos.

Mirando hacia adelante, dejó un mensaje para quienes continuarán en funciones, advirtiendo que el país atraviesa —y atravesará— tiempos difíciles:

“Lo que más se va a requerir es templanza, empatía y capacidad de acompañar a quienes la están pasando mal”.

Llamó también a mantener firmeza frente a quienes tienen mayores responsabilidades y poder de decisión, remarcando la necesidad de promover políticas que mitiguen el impacto social.

Finalmente, cerró su discurso apelando a la importancia de la humanidad en la política:

“Todos somos personas. Podemos debatir fuerte acá adentro y, al día siguiente, encontrarnos en la puerta del jardín y saludarnos con afecto. Eso es lo que debe perdurar”.

Con emoción y gratitud, María Lamarche se despidió de sus pares y de la comunidad, destacando que los vínculos construidos durante estos años serán lo que perdure más allá de las responsabilidades institucionales.

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