Mariela Meaca se despidió del Concejo Deliberante con mucha emoción.
Durante la sesión del martes, la concejala Mariela Meaca brindó un discurso de despedida cargado de emoción y gratitud, en el que repasó su paso por el Concejo Deliberante y agradeció a quienes la acompañaron en esta etapa.
Meaca comenzó destacando el valor del trabajo colectivo dentro del cuerpo legislativo, señalando que, más allá de los debates, lo fundamental siempre fue el respeto mutuo.
Entre sus reflexiones, expresó que “lo más importante es haber podido trabajar siempre desde el diálogo y la escucha, incluso cuando no pensamos igual”.
Recordó que su ingreso a la banca se dio tras la salida de Carolina Lusarreta hacia la Secretaría de Desarrollo Humano y Familiar, y que la oportunidad significó “un desafío inesperado, pero profundamente enriquecedor”.
También mencionó su labor previa en el Hogar Convivencial, un espacio al que sigue vinculada afectivamente.
“Mi compromiso con los chicos del Hogar nunca terminó. A muchos aún los acompaño y los sigo de cerca, porque esos lazos no se cortan”, expresó.
En otro pasaje, Meaca agradeció a sus compañeras y compañeros de bloque por el acompañamiento cotidiano:
“Me llevo de ustedes aprendizaje, paciencia y la tranquilidad de saber que siempre pudimos encontrar un punto en común por el bien de la comunidad”.
Señaló además que este tiempo en el Concejo le permitió crecer humana y políticamente:
“Cada intervención, cada discusión y cada proyecto me enseñaron algo. Me voy distinta, y me voy agradecida”.
Hacia el final de su discurso, dejó un mensaje de deseo y esperanza para el futuro:
“Me voy con el corazón lleno. Deseo que quienes vienen puedan seguir construyendo desde la empatía, porque la política, cuando es humana, transforma de verdad”.
Y concluyó remarcando que esta despedida no implica un alejamiento de la comunidad:
“Seguiré trabajando desde donde me toque, siempre con el mismo compromiso: hacer lo mejor por la gente de Rauch”.
